Cuarteles de invierno

La expresión «los cuarteles de invierno» es de origen claramente militar, y se refería a la concentración de todas las tropas de un ejército durante el periodo invernal, con el consiguiente cese de las actividades de manera temporal, y la preparación de la campaña al final de dicho periodo.

Hoy en día dicha expresión se ha generalizado no en su sentido original, y puede referirse al cese de una actividad propia, de manera temporal o definitiva, que puede implicar un trabajo, una meta vital, o una relación interpersonal. Me gusta la expresión las «guerras cotidianas con las que lidiamos», así empieza mi año tras un prologando, y no querido silencio, sigo aquí pese a la vida…

Mi obsesión con los de Tres Cantos es más que evidente a estas alturas de blog (pero esta vez me voy a salir)

En este post voy a hablar, como ya he adelantado, de «guerras» cotidianas, de contiendas incruentas, de las que no dejan muertos ni hacen sangre (bueno de esto último no estoy tan seguro), pero sí provocan heridas, que muchísimas veces el tiempo es incapaz de cerrar del todo (ya hablé de esto hace tiempo). Y también de la necesidad de volver a donde nos sentimos cómodos y seguros, al lugar donde descansa el guerrero, donde intentamos curar nuestras heridas vitales, y replantearnos esas batallas y guerras en las que todos estamos inmersos, queramos o no, porque vivir es luchar.

Una caja de recuerdos
y fiestas de guardar.
Media vida en cada intento
y la otra media en pinzas de metal.
Ya es un clásico
seguir la zanahoria con tu aliento aquí detrás.

Tan crípticos como mi propia personalidad, de ahí me viene quizás el amor por este grupo, que permite, casi, asignar a cada letra el significado que cada uno de nosotros anhele. Los recuerdos que todos atesoramos, lo que dan sentido a nuestra búsqueda, a nuestra «lucha», en busca de nuestra propia identidad, nuestro camino y nuestra meta vital. Por aquello por lo que damos media vida, para conseguir el «tesoro anhelado», y que nos obliga a convivir con la distancia que se ha creado entre nosotros y nuestros recuerdos.

Una versión en directo, maravillosa

Consecuente con estas ideas, nunca he creído en los pacifismos. La vida en sí misma es el escenario de una enorme batalla peculiar, en el que todos peleamos por algo o por alguien, los animales por su propia supervivencia, y si alzamos la bandera del pacifismo activo, cualquier día la «certera bala de un francotirador vital» nos pondrá con los pies en la batalla, o nos sacará de la misma definitivamente. La guerra de los sexos, la guerra social, la guerra de clases, la guerra laboral, o por la simple supervivencia. Todos somos soldados en una eterna batalla, a la que se nos «invita» nada más entrar en este mundo.

Un desorden milimétrico
me acerca hasta el lugar.
Lleva a cabo mi propósito 
de ser cuchillo y presa a la par.
No es tan trágico,
jugar con la distancia y heredar su soledad.

Los desordenes de nuestras frágiles vidas, que nos ayudan a avanzar. Y somos a su vez verdugos y víctimas en esta guerra sin reglas y sin fin. Al final los recuerdos son la mochila en esta guerra que nos anclan a lo que somos, a lo que fuimos, y lo que nos reconforta en la soledad de nuestra existencia, a la que todos nos enfrentaremos en algún momento.

Un cover en directo con mucho oficio y mucho corazón

Cuarteles de Invierno
rompiendo su silencio.
Muñecas de hielo,
testigos de este encierro.
Fue tan largo el duelo que al final
casi lo confundo con mi hogar.

En esta infinita y cruel batalla, de la que a veces nos retiramos, por voluntad propia o heridos de muerte, la esencia de la misma no es la consecución de una victoria, es lo que aprendemos de ella, lo que nos curte, lo que nos deja arañazos en el alma, lo que nos da más fuerzas para seguir adelante. Argumento ya muy clásico, lo que importa no es la meta, si no el viaje en sí misma.

Esta canción ya es todo un referente para los músicos que empiezan en esta guerra, con final surrealista

Botiquines para amnésicos,
leyendas de ultramar.
Soldaditos pre-soviéticos,
firmé mi Guerra y Paz particular.
Hay un misterio 
de mapas que no llevan al tesoro
ni a epicentros 
a punto de estallar.
Son las leyes de la física
y el tiempo no se pone en mi lugar. 
Ya es un clásico,
perdí el salvoconducto y ahora espero al emisario
… que nunca llegará.

En las profundidades de esos nuestros cuarteles de invierno, buscamos los «botiquines» que nos dan aliento para descubrir, que con esos mapas que no nos llevan a ningún sitio concreto, que no siempre vivimos en esta oscuridad, que el túnel existencial que cruzamos no es eterno, aunque hayamos hecho de esa oscuridad nuestro lugar común, pero no lo es.

Por mucho que vuelvo 
no encuentro mis recuerdos.
Los busco, los sueño; 
lo propio ya es ajeno.
Cayeron los bordes 
y el vaso ya está lleno. 
Y ahora sólo intento vaciar
Sólo necesito despegar.
Fue tan largo el duelo que al final
casi lo confundo con mi hogar.

Con los años he aprendido que entiendo bastante bien el lenguaje de las palabras, pero no termino de comprender el lenguaje de las relaciones interpersonales, ni tan siquiera los recuerdos me salvan del abismo. Tras el derrumbamiento de todo lo que somos, sólo nos queda el aliento de seguir en la búsqueda, en la batalla, en la guerra, y si perdimos nuestros sueños, es hora de salir a buscar otros nuevos, y no perder ni un segundo en búsquedas vanas.

Esta música es la que nos salva, la que nos impulsa, la que nos quema y nos alienta

Por último, un pequeño regalo para los «guerreros» de la guitarra, A TÍ HIJA MÍA SIEMPRE.

Como llevo diciendo mucho tiempo, casi nada de lo que hay aquí es mío, aprendí que «crear» es robar hasta morir!!!!!

  • Gracias a todos los autores de los covers (hay muchos más)
  • Las ilustraciones vienen de esta página (maravillosa)
  • Y la inspiración de los comentarios de aquí
  • GRACIAS A TODOS

Yo he vuelto a mis cuarteles de invierno definitivamente, y he colgado en la pared más grande esto que alguien me enseño el otro día.

En este caso sólo de Vetusta Morla vive el hombre, o la mujer, pero esto es otra maravilla que dará para otro post, I PROMISE…

Y esperamos conectados
La explosión definitiva,
La que apague las pantallas,
La que apague nuestras vidas….

5 respuestas a «Cuarteles de invierno»

  1. Hola, sigo aquí, fiel como has conocido siempre. Sin comentarios, puede que no sean necesarios. Sí contenta de que alfin la poesía sea parte de tu blog a pesar de que note gustaba. Parece qeu va formando parte de tus «lecturas escuchadas», Y también atenta, siempre atenta cuando sea el momento de dedicar el merecido tiempo.

    Un abrazo.

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  2. Antes de nada gracias, no sabes cómo me consuelan tus post.

    Creo que así hemos estado durante mucho tiempo encerrados en un Cuartel de invierno.. . Me refiero a mi familia y más concretamente a mi vida en pareja.
    Ahora quiero que nuestro hogar sea donde nos espera La Paz y el sosiego, donde las dificultades de la vida diaria aligeran su peso porque juntos somos más fuertes.

    Mientras espero llegar a ese estado al que aspiro , escucharé de vez en cuando esa bella canción

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    1. Hola lectora fiel, me alegro que los post puedan despertar en los lectores sentimientos que les sean útiles para su propia vida, realmente expresan sentimientos universales. Todos anhelamos un espacio de paz y serenidad, como el maravilloso «Sitio de mi recreo» de Antonio Vega. Mil gracias.

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    1. Mil gracias querida lectora impenitente, tú que eres capaz de bucear con «cierto» tino, en este inmenso mar de nadería, esta mi última isla está abierta a todos los que tenéis la sensibilidad a flor de piel. De nuevo gracias a tí por estar al otro lado.

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