El sonido del dolor

Dicen que la sensación de dolor es una sensación sorda, sin sonido alguno, es un estremecimiento físico o psicológico que, en el mejor de los casos, te recorre una parte del cuerpo (una pierna, un brazo, el pecho, el cuello, etc), y en el peor de ellos es algo más intangible, que no puedes identificar con algo físico, que remueve los cimientos de tu vida, que te hace llorar lágrimas invisibles de sangre, que cuestiona en un momento lo que eres, lo que has vivido, o los objetivos por los que te levantas todas las mañanas. Y muy en los peores casos ese dolor intangible, ancla tu vida a una cama, ciega todas las ventanas de tu existencia, y te sumerge en un pozo insondable. Creo que todos sabemos de lo que hablo.

Pero ¿hay alguien que pueda poner sonido a ese dolor más insoportable? Creo sinceramente que una persona muy singular en el otro extremo del mundo lo ha conseguido, y también creo que no nos hemos ni enterado, el ruido ensordecedor de nuestra intrascendente vida diaria, ha acallado ese sonido tan especial. Aquí no encontraremos Dolor y Gloria (de nuestra reinona patria muy pagada de sí misma), aquí encontraremos DOLOR, SOLEDAD Y MUERTE, compañeras que, inevitablemente, a todos nos acompañaran en algún momento de nuestras frágiles vidas…

¿Que hacer cuando el dolor nos rodea, nos acorrala, nos pone ante el espejo de nuestra efímera existencia? No tengo respuesta para eso, sigo buscando la mía propia.

Podría hincharme de poner frasecitas estúpidas de autoyuda, Paulocoellismo, buen rollismo perroflauta, o sesudos coach y psicólogos, pero no me sale de las narices. He aprendido que es una senda que debemos recorrer sólos, y buscar el camino de vuelta, o aceptar que el dolor y el sufrimiento nos acompañarán toda la vida (puto valle de lágrimas….).

Caminamos sobre clichés marcados y gastados, necesitamos ser casi santos, místicos, ascetas o coaches de la nueva era para aprender a reconducir el dolor y el sufrimiento, pero es una jodida mentira. Hombres como Viktor Frankl encontraron ese camino en medio del infierno, y el camino estaba dentro de ellos.

Yo creo que un cabronazo puede aprender a gestionar y mitigar el dolor de otros, no se necesita ser un santo para ello, se pueden arrastrar los propios demonios, la rabia y la violencia que el mundo te exija a veces, pero tener el don de hacer más llevadero el dolor de los demás.

A pesar de lo dicho anteriormente, soy un jodido bocachancla y voy a caer en mi propia contradicción, pero es muy hermosa.

El enorme poder de las imágenes para hacer más llevadero el viaje al sufrimiento que destruye los cimientos de lo que somos.

Aunque estemos postrados por el dolor y la enfermedad.

Esta es una historia de amistad, amor, dolor infinito, y muerte, con una sensibilidad muy especial, no exenta de violencia, tan real como la vida misma….

AMISTAD
VIOLENCIA
SOLEDAD
ENFERMEDAD
MORALIDAD
ARTE

DECISIONES

MUERTE
AMOR INCONDICIONAL
Y REDENCIÓN

En el año 1997 un japonés de cara impertérrita, poco conocido en Occidente, dirigió esta película, sobre un policía violento y nihilista, cuyo compañero es herido en acto de servicio, quedando en silla de ruedas, y su mujer se encuentra enferma terminal de cáncer, después de haber perdido también a su hija por otra enfermedad. Nos enseño como el dolor puede mitigarse, y siempre hay espacio para la redención a través de lo que damos a los otros. Una hermosísima obra con una plasticidad y música inolvidables.

Pero sobre todo nos enseñó a qué suena el dolor, a algo así….+

Takeshi ‘beat’ Kitano

FUCK YOU ALMODOVAR!!!!!!

3 respuestas a «El sonido del dolor»

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